La Perricholi, t. 2

MARIA }. ALVARADO R I V ERA · _ÑA TRINI.-¿ Qué no? ¡Si es el mismo pie de Ju- das! No quiero que mi Carmencita se ajunte más con él. MONICA.-Ni nosotro tampoco queremos que el niño se ajunte con ella que es de menos categoría. Ñ A TRINI.-¿ Qué dices? ECHARRI.-Tengamos la fiesta en paz y no va- yáis donde doña Micaela con quejas, que ya bastantes dolores de cabeza le da el rapazuelo. Ñ A 'fRINI.-Yo no quería que quedara sin castigo su d escaro con m i hija. . ECHAH.RI .-No, respecto a ese punto, tened la se- guri dad de que e l niño no ha tenido malicia, y no seáis tan mal pensada, que no os recomendáis bien con eso. MONICA.-¡ Eso... eso ... bien dicho! ¡Ella es la maliciosa! · MANUELITO.-¿ Pero qué hablan tanto de fo mis- mo? ¿Qué mal he hecho yo? ¿No se e.asan los hombres con las mujeres? ¿Pues qué les importa que cuando yo esté grande me case también? MONICA.-Eso... eso ... ¡qué mi niño, tan sabido! ¡Y habla como la Biblia! ECHARRI.-¿ Cómo? ¿Se habían quedado aquí? MONICA.-Sí, mi amo, pa oir a ña esorúpulos ... ¡Je, . . ' 3e, 3e. MANUELITO.-Decidme, padre Vicente, ¿casarse es malo? · ECHARRI.-No preguntes esas cosas. Estás muy niño aún para pensar en ello. Tiempo tendrás de saber- lo. Vamos a casa. Tu madre te espera. MANUELITO (Con picardía).-¡Ay! No me acor· daba. ¡Me escapé de la lección de latín! Yo no entien- do al maestro... .¡Me da sueño ... dolor de cabeza! ECHARRJ.-Calla... estamos ya en la casa. V e con Mónica por la puerta falsa y entra al cuarto de tu abuelita... Permanece allí formal hasta que vaya Mónica a llamarte. • • •

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