La Perricholi, t. 2

184 MARI A 1 . ALVARADO RIVERA CAMPUSANO.-Su reputación no es tan limpia, como debe serlo la de la mujer que elige un hombre pa- ra madre de sus hijos. MANUELITO.~Está inocente de toda culpa: ·es solamente víctima de la perve1:sidad de Alvarez, y por eso la quiero más: por su desgracia. CAMPUSANO.-No podrás ser feliz si desobede- ces a tu madre, hijo mío, si le haces derramar lágrimas~ Renuncia, hijd, a esa niña. ¿Por qué no te fijas en -una doncella, a quien doña Micaela reciba con amor. Sólo así serás dichoso. MANUELITO.-.~Tenéis razón, padre, tenéis razón: la madre es antes que todas las. pasiones de la tierra. So- focaré este amor, no seguiré haciendo sufrir a mi madre. Me casaré, y la esposa me ayudará a olvidar este devaneo. CAMPUSANO.-¡ Cuánto me alegro, hijo niío, de ver que abres los ojos a la luz! MANUELITO.-Sí, es mi resolución irrevocable: hablad hoy mismo con los padres de Elvirita Ormaza; pedidles la mano de su niña para mí. CAMPUSANO.-Voy, hijo mío, voy a prisa, y te traeré la contestación. Empero, primero participaré a tu madre tu determinación, ¿verdad? MANUELITQ_.~-Sí, enterad a mi madre primero: tengo la seguridad-de que a esta niña si la aceptará. · CAMPUSANO.-pios te mantenga en su gracia. MANUELITO.-Que él os acompañe, padre. (PASOS DEL PADRE). CAMPUSANO.-¡ Juventud, juventud., loca juven-1 tud !. .. ¡Ni sabe lo que quiere, ni lo que ama! Hoy una ilusión, un afán por una dicha, que alcanzada se convier· te en humo, cuando no en copa de acíbar, o lo que es peor en gusano que roe la conciencia, en causa de eterno do- lor!. .. ¡Juventud, juventud, loca juventud! BARBA.-Padre, Dios os guarde. CAMPUSANO~-Tod_os los santos del cielo, sean con vos, señor Barba.

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