La Perricholi, t. 2

174 MARI A J . ALVARADO RIVERA · : LOSTAUNAU.-¿Vos? MICAELA.-Sí, yo. Os apuesto lo que quera1s. LOSTAUNAU.-Conozco que s·ois mujer de inge- nio y valor, y no me arriesgo a perder. · MICAELA.-· ¡El jefe de los encapados, tiene miedo a perder en una investigación de su incumbencia! • * • LOCUTOR·: No es Micaela sola, la que sufre inquietudes y tris- teza por la desaparición de :Manuel. DOÑA l\/IARIA.-Ven acá, niña. ¿Qué te pasa? . '. ·<lVlARGARITA,-Nada, madre. DOÑA MARIA.-A una madre no -se le · puede en• \ gañar. Tú sufres, hija mía ... la alegría ha huído de tu alma;· ya no ríes, no canta s... Apenas comes ... l\!IARGARITA.-Nb tengo nada, madre. DOÑA l\1ARIA.-Veo muchas veces tus OJOS enro- jecidos por el llanto, ¿Eso también es nada? :MARGARITA (Conmovida).-¡ l\!fadre ! <LLORA>. DOÑA l\!IAR IA.-¿ Ves como ll oras? ¿Lo negarás a hora? ... ¡ Abrele tu corazón a tu madre!. .. Dime la cau - sa de- tu pena... · MARGARITA.-¡ :Me da tanta vergüenza! DOÑA l\!IARIA.-Tal vez la adivino; pero quería oirla de tus labios. MARGARITA.-¡ Me da vergüenza ... decidla vos, madre! . DOÑA l\!IARIA.-La desaparición de Manuelito, quizá tenga relación con tus lágrimas. · · MARGARITA."- -(Deja escapar su angustia en con- vulsivos sollozos). - DO~A :MARIA.-l3ien lo había adivinado: .:-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx