La Perricholi, t. 2

L A .P E R R I C H O L I 171 T AGLE.-• Sublimes invenciones del amor! l\rIANUELITO.-¡ Si vieras el ingenio que .desple ... ga para suplir lo que .nos falta! . T AGLE.-A ver los vasos de granadillas; pero va• mos a tener que sósteneilos en las manos porque no pue-:- den · pararse. · 11ARIANITA.-Aquí están. T AGLE.-¡ Mujer encantadora, les ha hecho base de zapallo! ¡Con razón habéis t!'astornado los sesos de Ma- nuel! (Descorcha una botella. - Sirve),. Brindo por el amor y por las mujeres, por las mujeres que saben sen- tirlo y anteponerlo a todas las cosas del mundo. Por·-vues- tra felicidad, queridos tórtolos. l\rlANUELITO.-Gracías~ porque encuentres tam- bién el amor, que te redima del pecado. MARIANITA.-Sí, porque encontréis a vuestra Dulcinea. · T AGLE.-En verdad que me habéis convertido: yo antes no creía en el amor; ni siquiera galanteaba a las .· damas, ¿verdad, ·Manuel? l\!IANUELITO.-Verdad. T AGLE/.-Me divertía de otro modo, bastante gro• sero, según los espiritualistas; y bastante pecammoso, según los teólogos, ¿verdad, Manuel? MANUELITO.-Verdad. T AGLE..-Me hacían gracia y me burlaba de las escaramuzas de 11anuel, no os p·ongáis celosa; pero des- de que lo ví enamorado de vos, y prescindir del mundo por sólo veros a través de fa reja, conforme veía: crecet su pasión, me convertía ... MARIANITA.-¿ Y habéis encontrado vuestra da- ? ,. ma. TAGLE (Suspira).-No; eso es lo que me quita el apetito. MANUELITO.-- -Toma esta presa de pavo. No es sino el ala y el pecho, la pechuga y el cuerpo hasta la ra-

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