La Perricholi, t. 2

1S2 nio. MARI A J. ALVARÁDO RIVERA MICAELA.-¡ Nunca será tu esposa! MANUELITO.:---¡ Madre, la amo! MICAELA.-Esa pasión es locura: ¡debes matarla! MANUELITO.-Le he dado · palabra de matrimo- _MICAELA.-No tienes obligación de cumplirla, en vista del engaño de que has sido víctima. . MANUELITO.-No me ha engañado, por el con- trario, no quiso aceptar mi compromiso hasta que no me reveló su desgracia, y yo insistí. · MICAELA.-¡ La mosquita muerta/: ha abusado d~ tu inocencia, pues a pesar de tus calaveradas, eres un .,.., ' ntnO-. MANUELITO.-No, madre: soy ya un hombre; _conozco el mundo; sé cuanta falsedad hay en la. mujer, y cuanta intriga para conquistar un marido, y por eso amo a Mariana, porque ella no se ha ·valido de n1-nguna artimaña para Uamar mi atención. MIC.f\ELA.-Lo crees así porque estás ciego por la pasión. Pero yo que no lo estoy; yo que soy tu .madre, evitaré contraigas un enlace desgraciado. MANUELITO.-Seré feliz, madre·: Mariana es un ángel. ;k, ~ ; ~li.lt !it~j MICAELA.-También Luzbel fué ángel. (PASOS PRECIPITADOS DE MICAELA). MANUELITO (Cpn ~ngustia).-¿ Dónde va~s, ~a- dre? . :LYIICAELA.-¿ Tengo que pedirte per-miso para pro• ceder? lVIANUELTTO (En suprema súplica).-¡ Madre, os lo ruego de rodillas: no ofendáis a Mariana! MICAELA.-¡ Ha de salir inmediatamente de mi casa! ¡Ingrata... traidora... ! ¡Así corresponde a mi hos- 1 pitalidad ! MANUELITO.-¡ Madre, vais a hacerme desgra- ciado si no consentís en mi matrimonio con Mariana!

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx