La Perricholi, t. 2

i.60 ' M Á R I Á J . ÁLVARÁDO RIVERA MARGARITA.-¿ Y os atrevéis ·a penetrar en el saiüuario de mi alma y prejuzgar? . ·TAGLE.-¡No seais cruel: pensad en este ' corazón atormentado, que· implora vuestra piedad. * * * UNA VOZ.-¡ Una tonadiIIa, con toda la sal de An- dalucía! ·OTRA VOZ.--¡ Olé por la tkrra de María Santísi- ma! * * * LOCUTOR: Aunque las fiestas · hogareñas se prolongaban por varios días en aquella época, 11icaela ·no acostumbraba celebrar los santos sino el día que marcaba el santoral, y al siguiente, que se ·decía la corcova. Los amigos habían ido a descansar a sus casas para regresar en la tarde a . la dicha corcova. En este intervalo, lVIanuelito hace a su madre la gran revelación. · :MANUELITO.-·Madre mía... MICAELA.-¿ Qué dices, hijo? _ MANUELITO.-Mucho os he hecho sufrir, madre, con mis devaneos. MIC'AELA.-¿ Y ~. qué recordar esa mala época, si te has enmendado para siempre? ¿No es verdad? lVIANUELITO.-Sí, yo ·quiero que sea para siem- pre. MICAELA.-Pues lo será si tu voluntad es firme.

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