La Perricholi, t. 2

L A PERRICHOLI 153 MICAELA.-No me explico por qué te has puesto • ese vestido ... ¿Un disfraz? MANUELITO.-Casi ... casi... Me cansa que todo el mundo me conozca. Quería divertirme sin que se supie- se quien era. . - . MICAELA (Risueña).-¡ Qué muchacho loco!... El susto que sufrí al ver tu capa y tu espada. MANUELITO.-¿ Por qué, madre, os asustasteis? MICAELA.-No sé... nada definido ... Temí que es- ta noche ... MANUELITO.-No volváis a concebir. tal idea, ma- dre. Sería un criminal si os hiciera sufrir. MICAELA.-Dios te conserve en su gracia, hijo mío. ¿Has cenado? MANUELITO..-Sí y no. MICAELA (Ríe).-Que Mónica te prepare algo. MONICA.-¡ Como no, mi niño! Hay un jamonci- to de rechupete. Salchichas que son pura manteca; hue• vos fresquecitos, que los recogí del nido esta mesma ma- ñana. MANUELITO.-Vuela, vuela, pues, negra, que me estás haciendo agua la boca. * * * LOCUTOR: Y aquella noche todos durmieron en santa paz en la suntuosa mansión. Al día siguiente Manuelito era agasajado por el aniversario de su cumpleaños: mimado por las viejas, y blanco de las miradas de las muchachas; las de luminosos ojos negros; las de lánguidos ojos azu- les; las de misteriosos ojos verdes. (MUSICAJ. MARGARITA (Resentida).-No debía de haber venido a vuestro santo. MANUELITO.-¿ Por qué?

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