La Perricholi, t. 2

i .A .i45 • LOCUTOR: Y mientras .ante la mirada absorta de Manuelito, se · desarrolla el drama de ·la mujer de sus amores,. en ca.sa de doña María Guido ... . ' DOÑA MARIA.-Comadre, ¿qué· es de ese cala ve~ ra de l\!Ianuelito , que no viene en todo .. el día, ni porque están. aquí Margarita y Elvira? ' MICAELA.-Ya no merece el nombre de calavera, comadrita. Es un santo desde hace unos dos meses. No se ·escapa en la noche, ni ele día sale casi nunca. , Leyen- do lb:s lib.ros que le presta el padre Campusano, y entre- tenido .en -el jardín, se pasa el tiempo. DOÑA MARIA.-¡ Es eso un milagro comadre! Decidme a qué · santo os habéis encomendado para .pedir.- le yo una, gracia: MICAELA.-A Nuestro Señor de los Milagros, co- madre, le debo esta felicidad de la reforma de mi hijo. Le ·ofrecí '·acbmpañar este año la procesión, caminando a pie, llevando el hábito morado y un cirio, desde la : Igle~ sia. .de las Nazarenas hasta las Descalzas. DOÑA MARIA.-¡ Dura penitencia! Pero si con.., · seguís la· gracia... MICAELA.-Y además ofrecí a la Virgen de las Mercedes mil pesos para los arreglos que necesita: DOÑA MARIA.-Los más grandes sacr.ificios que se ha ga por los hijos, son leves para una madre, si con- sigue verl.os felices. M ICAELA.-Ahora me .- preocupa la idea de su ma- trimonio. ' DOÑA MARIA.-¿ Piensa casarse? . MICAELA.-El no, que yo sepa. Es mía la idea. Tiene ya 26 años, y aprovechando su enmienda, quiero · bus.carle novia. · . · DOÑA MARIA.-Se decía que iba a pedir la mano de Margarita Mancebo. MICAELA.-El -le hacía arrumacos, y ella se amar- telaba; pero es un muchacho veleidoso; ·ahora está ale• ·

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