La Perricholi, t. 2

L A P E .R R I C H O L I 139 MANUELITO.-¿ Vive ese infame, Marianita? MARIANITA (Ahogada en llanto).-Sí, vive. MANUELITO.-He de buscarle para - traspasarlo con mi espada. MARIANITA.-No... no ·os batiréis. con él, sino que- réis que sea más desgraciada. MANUELITO.-¿ Cómo?_ ¿Teméis por su. vida? MARIANITA.-No me ofendáis; temo por la vues- tra. · MANUELITO.-¿ Y queréis que por cuidar mi vida, no os vengue? MARIANITA.-Estoy vengada por la justicia . divi- na. Tiene ,cáncer en el estómago. MANUELITO.-¡ Ira de Dios, que ni siquiera me queda la ·satisfacción de castigar el crimen de ese misera 111 ble!... Marianita, cuanto más desgraciada seáis, os amaré más... Seguid narrándome vuestra historia de mártir. MARIANITA.-Al día siguiente rnuy temprano, fuí a esconderme al jardín enloquecida de ·dolor y vergüen- za ... De profl:to oí que Juana me llamaba... JUANA · M . . ' · M . . ' D' d .- 1 anan1 ta.... 1 ananita .. .. :¿ on e es- , tás? ALVAREZ.-No la llames ... Escucha, Juanita, esa muchacha es una gazmoña. .No conviene que siga a tu lado. No lo puedo consentir. JUANA.-Nunca me habíais manifestado · tal con- . cepto de Marianita. Por el contrario, parecía que le te- níais estimación. , ALVAREZ.-Porque es una h~pócrita, y la creía una niña honesta. JUANA.-¿Y no lo es? ALV AREZ.-(Ríe mefist.ofélicamente). , JUANA.-.-Pero, hablad que me tenéis en un suplicio. ¿Qué sabéis de 1V1arianita? ALV AREZ.-No puedo decirlo todo por no ofender tu pudor; pero con lo expresado ba.sta: Marianita no d.ebe estar un día ' más en esta casa. . ·

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx