La Perricholi, t. 2

136 o,. i MARI~ J . ALVARADO RIVERA A la una; a las dos; a las tres, nadie me ha cogido doy vuelta otra vez. fCARBEBASJ. UNA VOZ.-Te cogí. l\1e toca a mí ahora. MARIANITA.-Corre sinó el lobo . te puede alcanz~r; corre, corre, hermano, que te va a tragar. UNA VOZ.-¡ Te tragó, te tragó! Pobre niña linda que el lobo tragó. (BISAS). (RISAS SONORAS>. LA MADRE.-Marianita, niñas, venid todas a to- mar champuz. / MA.RGARITA.-¡ J\1amita linda! LA MADRE.-Marianita, qué colorada estás, ven, dame la manito. · MARIANITA.-Un besito, mamita. LA MADRE.-Mil, mi vida. MARIANIT.Á (Voz velada).-Y así voló mi infan- cia entre alegres juegos y la ternura inmensa de mi 'san- ta madre ... Y llegó un día la gran desgracia... <CAMPANILLA DEL VIATICO). MARIANITA (Con suprema angustia).-¡ Señor, Señor, divino Jesús, conservadme a mi madre; no me la quitéis tan pronto! <CAMPANILLA DEL VIATICO>. UNA VOZ.-Niña Marianita, os llama el amo. MARIANITA.-Ya voy, Asunción. Deja que me seque las lágrimas ... que mi padre no las vea y se aflija... Qué crees tú Asunción, ¿morirá mi madrecita? ASUNCION.-Nada hay imposible para el Señór, niña: quizá sane.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx