La Perricholi, t. 2

t A MARGARITA.-Veo a don Vicente; pero no a don Manuel. ELVIRA.-Estará en otra sala. MICAELA.-No ha venido. Fuese con amigos a presenciar el cortejo de los altos del Cabildo. DOÑA MARIA.-Comadre, vamos ya al balcón; Elvira y Margarita, también a nuestro lado: no he de separarme ele vosotras, porque vuestras madres me han confiado tan precioso tesoro. MICAELA.-¡ Y tan codiciado que será! * * * <RUIDOS DE LA CALl.EJ. U_NA VOZ.-¡Ya viene! OTRA VOZ.-¡ Esa carroza!... ¡A torcer por la iz- quierda!. .. ¿No sabes que hoy no pasan calesas por aquí? COCHERO.-No sabía, señor Capitán. Perdone su l\!Iercé. CAPITAN.-¡Negro bozal había de ser! * * * MARGARITA (Con burla) ..-¿ Qué buscáis en la calle, Elvira? ELVIRA.-Nada; ¿qué voy a buscar? MARGARITA.-Observabais a esos caballeros que están a la puerta del café, ¿creíais que veríais a don Ma- nuel Amat? ELVIRA.-¡ Qué idea! ¿Por qué había de estar pen• sando en él? Vos sí.. MARGARITA.-¿Yo?... ¿Por qué? ... ELVIRA.-Porque es vuestro novio. MARGARITA.-¿ Quién os lo dijo?

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