La Perricholi, t. 2

L A PERRICHOLI 123 MICAELA.-Marianita, os llamaba. . MARIANITA.-Sí, señora, ya iba, estaba ·dando es- tas últimas puntadas a la saya. ·Pero van1os a vuestro cuarto, terminaré allá y os la ponéis en seguida.. ~ MICAELA.-No, hijita, no os sofoquéis, terminad no más aquí, con calma. MARIANITA.-¡ Oh!... Es ... MICAELA.-¿ Qué tenéis? Estáis turbada... MARI.ANITA.-Es que sufro una jaqueca terrible. MICAELA.-¡ Pobrecita, será de tanto coser en ne- gro! Os daré un descanso de dos días. _ ·l\!IARIANITA.-No es por el trabajo, doña Micae- la, que sufra de jaquecas. .· MICAELA.-Aun cuando no sea,. tendréis todo el descanso que queráis. Y ahora, a distraerse viendo el cortejo. ¿No quisierais venir donde mi comadre María Guido? Se v.e muy bien de ahí. MARIANITA.-Gracias, doña l\1icaela; pero estoy comprometida con unas primas, ¿van1os Y?-? MICAELA.-¿ Habéis terminado? · MARIANITA.-Sí... sí.:. ·ya terminé. MICAELA_.-No, criatura, si os falta tomar estos pliegues. ¿Qué apuro tenéis? ¿Por qué sofocarse así, si hay tiempo de sobra? MARIANITA.-Es que preferiría, probárosla una vez más ... MICAELA.-En ese ca.so es distinto, hija, vamos a mi cuarto. (PASOS}. -, MARIANITA.-¡ Dios mío, cómo estará ericerrado ! ¡Salid.. .- salid ... don Manuel! <PASOS>. MANUELITO (Respirando hondo).-¡ Era tiem- po!... Creía morir ya ... ahogado, qué tormento ... . a lo que obliga el amor ... Es capaz de matarse .uno en un trance as.í. ,,., * * *

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx