La Perricholi, t. 2

122 MARI A J . ALVARADO RIVERA LOCUTOR: Y llegado el día del recib_imiento del Virrey don Am· brosio de O'Higgins, la dudad entera se preparaba a ad- mirar el suntuoso espectáculo, que venía a . romper la .mo- notonía de la vida colonial. MANUELITO.-Mónica, cuida la puerta, y si vie- ne alguien, cantas. Tengo que hablar con doña Maria- nita sobre un asunto muy importante. MONICA.-Sí, mi niño, entre no ma tranquilo... Vaya, pue, no me place, el oficio que me da el niño, pero qué voy a hacé, él .me manda, aunque me gotviera cadá-4 ver naide pasaría por aquí, mientras' yo -juera su guardia. MANUELITO.-Marianita, tengo que hablaros. MARIANITA.-¡ Oh! retiraos, por Dios, v~estra madre puede venir. . -MANUELITO.~Dos palabras solamente: quiero hablar c·ontigo sobre nuestra situación... Acordar lo que debemos. hacer, aprovechando que hoy salen todos. MARIANITA.-Yo también le he dicho a vuestra madre que saldré a ver el cortejo. MANUELITO.-Pero no saldrás; yo te lo ruego por nuestro amor: aparenta que sales pero das la vuel• ta y entras por la puerta del molino, que yo he abierto. NIARIANITA.-·-No ... no, don :Manuel. MANUELITO.-Es necesario que hablemos. ¿Has- ta cuándo vamos a estar en esta situación? Marianita, te lo ruego, por nuestra felicidad, quédate. MARIANITA.-¡ Dios mío, no puedo negaros na- da: me quedaré! MANUELITO.-¡ Eres un ángel! MICAELA (Voz lejana).-Marianita... Marianita... ~ MONICA.-Canta. MARIANITA.-¡ Dios mío! ¿ Có1no saldréis ahora? MANUELITO.-J\!Ie esconderé en este armario. MARIANITA.-Os vais a ahogar ... ¡Virgen María, sálvanos! (RUIDOS ADECUADOS AL ENTRAR MANUEL AL ARMARIO)~

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx