La Perricholi, t. 2

L A PERRICHOLI 119 LOCUTOR: Y al día siguiente, a ias doce, Marianita tenía que hacer grandes esfuerzos para ocultar su emoción duran- te el almuerzo. (CANTOS DE PAJAROS. - SONIDO DE VAJILLA>. MICAELA.-Aquí tenéis a Marianita Vergara, m1 nueva costurera. ECHARRI.-· Bienvenida sea a esta casa. MICAEL.Á.-·-1\:Ii marido, Marianita, y mi hij? Ma· nuel. No les tengáis vergü·enza. MANUEL (Muy turbado).-Que Dios os guarde. MICAELA.-Sentaos. ECHARRI.-Y servíos con toda confianza, éomo s1 estuvierais en vuestra propia casa. MANUELITO.-Digo lq mismo, señora. MICAELA.-Tomad ·este chupe. Juliana, mi ne- gra cocinera, lo hace muy rico. ¿Habéis estado mucho tiempo en el beaterio, hijita?, MARIANITA.-Un año. MICAELA.-Tenéis padre. MARIANITA.-Sí, mi paélre vive con el favor de Dios; pero para una niña es gran desgracia no tener ma- dre, y está mejor en una casa religiosa. MICAELA.-Pensáis con mucho juicio, hija mía. ECHARRI.-¿ Tenéis vocación para profesar? MARIANITA (Aturdida).-¿ Vocación? ... sí. .. sí.. . . me agrada la vida del claustro: empero no sé si me de- terminaría a profesar... MICAELA.-Si no tenéis una vocación decidida, no os hagáis religiosa. Después os pesaría... ECHARRI.-Creo con más mérito a la mujer que lucha en el mundo con las tentaciones, que a la que se en- cierra en un convento a rezar ... MICAELA.-·-En verdad: en el combate se prueba la virtud ... ECHARRI.-Pero, estamos predicando a esta niña

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx