La Perricholi, t. 2

.. - MARI A J . ALVARADO RIVERA -~~"'.!.;:_,. oportunidad de que vengáis a mi casa, con el pretexto de coser una saya a mi madre. Os ruego depongáis todo or-. gullo y escrúpulos, pensando solamente en el logro de nuestro amor, y de nuestra felicid9-d... Es conveniente que mi madre os conozca y os trate, para que estime vu.estras virtudes en lo que valen, y consienta en nuestro enlace. Daos prisa en hablar a la reverenda madre Su· periora, manifestándole vuestro deseo de que os reco- miende a alguna casa para coser sayas. Decidle que las sabéis hacer a las mil maravillas ... Mi madre sale en es- te momento al beaterio, a solicitar un~ costurera de sa- yas. Os lo suplico de rodillas: no dejéis perder esta opor- tunidad de que nos veamos tan cerca, _y de que os aprecie mi madre. Vuestro ha sta más allá de la muerte. Manuel Amat. MARIANIT A.-¡ Dios' mío!... ¿ Qué hacer? ¿Ir co• mo costurerq a su casa? ¿No me · menospreciará su ma- dre, en lugar d_e estimarme, como piensa don Manuel? Mas, acercarme a él, verle, hablarle ... Sí... sí. .. le hablaré a la Superiora... Mi amor se sobrepone a todo. Pero, ¡Virgen del Carmen, si fuera tarde ya!... ¿Si estuviera designada otra?... ¡Oh! la Superiora está en el locutorio platicando · con ella... Viene ha'cia acá... Le hablaré... le pediré que me elija a mí!. .. ¡Oh, me falta el valor!... ¡Me parece que va a leer en mi rostro este amor que me enlo- quece!... Que no va a consentir que vaya a su casa ... Ya está aquí... ¡Dame fuerza s, madre mía!

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