La Perricholi, t. 2

- 114 M A R 1 A . J . - - ALVARADO RIVERÁ LOCUTOR: En el locutorio del beaterio de Copacabana... MICAELA.-Hacía mucho tiempo, reverenda ma- dre, que deseaba venir a visitaros. SUPERIORA.-Verdad que no os acordáis de mí desde la Pascua de Reyes. MICAELA.-El regreso de Manuelito me ha teni- do enajenada. · SUPERIORA.-¡ Qué contenta estaréis de tenerlo nuevamente a vuestro lado! MICAELA.-Podéjs imaginarlo... SUPERIORA.-Le veo los domingos en misa. Es muy gallardo y elegante. MICAELA.-Lo fayorecéis bondadosamente. SUPERIORA.-· No es favor, sino justicia lo que le hago: es digno hijo de su madre. MICAELA.-Gracias, ¿también sabéis decir piro• pos? SUPERIORA.-Una religiosa no usa lisonjas; sólo expresa la verdad. M·ICAELA.-Entonces sois muy bondadosa. SUPERIORA.-¿ Qué me contáis de la recepción que se prepara al nuevo Virrey? Se dice que va a ,ser muy suntuosa. MICAELA.-Sí, es la voz que corre. SUPERIORA.-¿ Vos asistiréis? MICAELA.-Creo que no voy a poder asistir... A no ser... ¡Oh, se me ocurre una idea! SUPER!ORA.-¿ Por qué no podréis ir a la fiesta? MICAELA.-Porque mi costurera está enferma, y no podría hacerme una saya nueva. SUPERIORA.-¡ Oh, tantas tendréis! MICAELA.-· Sí, pero habría querido llevar una nueva. Mi comadre Carmen Guido me ha invitado a su casa, en la calle de Mercaderes, para que vea el cortejo. Irán muchas damas y no quiero que me corten.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx