Una llave, un mar, un puente : el impacto de la selección de libros en la formación de lectores
99 mismo. Que la literatura es eso, arte. Que, además, nos puede servir en la escuela para otras cosas. Pero que no la elegimos porque sea linda; la elegimos porque forma humanidad, porque nos hermana. Y para mostrar su potencialidad me valgo de la lite- ratura y de Liliana Bodoc: A veces, la vida se comporta como el viento: des- ordena y arrasa. Algo susurra, pero no se le entien- de. A su paso todo peligra; hasta aquello que tiene raíces. Los edificios, por ejemplo. O las costum- bres cotidianas. Cuando la vida se comporta de ese modo, se nos ensucian los ojos con los que vemos. Es decir, los verdaderos ojos. A nuestro lado, pasan papeles escritos con una letra que creemos reconocer. El cielo se mueve más rápido que las horas. Y lo peor es que nadie sabe si, alguna vez, regresará la calma. Así ocurrió el día que papá se fue de casa. La vida se nos transformó en viento casi sin dar aviso. Recuerdo la puerta que se cerró detrás de su som- bra y sus valijas. También puedo recordar la ropa reseca sacudiéndose al sol mientras mamá cerraba las ventanas para que, adentro, algo quedara en su sitio (Bodoc, 2017, p. 6).
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