Una llave, un mar, un puente : el impacto de la selección de libros en la formación de lectores
89 ficación entre la cantidad y la cualidad. Diferencia que se hace ver en el lenguaje coloquial cuando se dice de alguien que «tiene pocas lecturas, pero muy bien hechas» o «más que leer, traga». En realidad, lo que la frase de Spitzer escon- de es un criterio de distinción intelectual entre los que leen con conciencia «literaria» y los que leen sin esta conciencia. Sin duda existen diversos grados de conciencia literaria, desde la del lector «adolescente» y empedernido que lee apoyado fundamentalmente en su narración autobiográfi- ca, hasta la del erudito que llena sus lecturas de continuos pies de página (mentales o no) pudién- dose llegar al extremo de que la narración textual desaparezca bajo el peso de esa narración, metali- teraria, cual si los ecos apagaran la voz (Bértolo, 2015, p. 55). Los conceptos que incorpora Bértolo en esta cita son muy interesantes. Quizá podamos mirarlos con un poco más de detenimiento, haciendo hincapié en esta idea de que, más que la cantidad de libros, importa la calidad. No podríamos pedir un currículum lector a quien forme parte de una selección de materiales literarios. Pero sí podemos pensar que quienes van a participar de esta deberían tener determinadas lecturas en su haber al comenzar. Y esto podría garantizarse trabajando en la formación previa. Haciendo de la tarea de estos comités,
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