Una llave, un mar, un puente : el impacto de la selección de libros en la formación de lectores

64 Pongo otros ejemplos. Cómo saber quién corrigió el libro que estoy leyendo, o quién hizo determinada tra- ducción y si ese traductor o esa traductora es especialista en ese tipo de libro. Pienso en las traducciones al caste- llano que hizo de sus libros Dr. Seuss o en la traducción al castellano de Marina Colasanti realizada por María Teresa Andruetto. Y como cada una de esas decisiones habla de una forma de hacer un libro, de una decisión editorial acerca de esa obra. De cuestiones que hacen al material y que lo elevan a una obra inolvidable o lo vuelven un libro invisible. Porque hacer un libro no es solo ordenar un texto en un Word y pasarlo a pdf: Desde un punto de vista estrictamente material, para transformar un original en un libro solo hace falta la tarea de la imprenta o de un taller de fo- tocopiado (si se trata de una edición electrónica, ni siquiera eso): el producto obtenido se reconoce como libro y, afrontado el sencillísimo trámite de conseguirle un ISBN, puede consignarse en una bibliografía, venderse o distribuirse libremente. Si el libro en cuestión tiene imágenes o incluye dife- rentes tipos de texto quizá requiera de una cierta puesta en página, y por ende del concurso de al- guien que sepa manejar un programa de armado, pero en lo sustantivo su factura también puede estar a cargo del autor. Está claro, entonces, que

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