Una llave, un mar, un puente : el impacto de la selección de libros en la formación de lectores
101 Hola Soy Neil Gaiman, soy escritor. Me pidieron que dijera algo sobre la fragilidad, sobre la resiliencia, sobre la restauración, aquí, en esta pausa peculiar. Creo que no hay una palabra para la pausa entre una respiración y otra. La pau- sa entre la inhalación y la exhalación. Pero me pa- rece que es precisamente donde nos encontramos, viviendo en esta fermata, un mundo lleno de gen- te esperando para respirar otra vez. Y mientras pensaba sobre lo que quería decir- les a todos ustedes hoy, sobre la fragilidad, sobre la resiliencia, me di cuenta de que había algo que ya había dicho, mucho tiempo atrás. Yo escribí: Hay tantas cosas frágiles. Después de todo, la gente se rompe tan fácilmente, así como los sue- ños, y los corazones. Y sin embargo, aún mientras escribo esto, se me ocurre que la peculiaridad de la mayoría de las cosas que creemos frágiles, es cuán poderosas son en realidad. Había unos trucos que yo hacía con huevos cuando era chico para mostrar cuán fuertes pue- den llegar a ser esos pequeños huecos cubiertos de capas de mármol. Nos dicen que el batir de las alas de una mariposa, en el lugar indicado, puede crear un huracán al otro lado del océano. Los corazones se pueden partir, pero el corazón es el más fuerte de los músculos, preparado para bombear durante toda la vida, 70 veces por minu- to, sin apenas vacilar durante el camino. Incluso los sueños, la más delicada e intangible de las cosas
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