interdependiente que adquiere la relación entre producción, circulación, distribución y consumo en las sociedades capitalistas, con el objetivo principal de acumular y ampliar la ganancia obtenida mediante el empleo de fuerza de trabajo asalariada. En estas sociedades la economía abandona su base local y agraria y, sobre todo a partir de la industrialización, se torna en un proceso societal que se desenvuelve a escala nacional mediante redes funcionales de interdependencia socioeconómica. Dichas redes articulan, con el concurso de instituciones y organizaciones especializadas, actividades distantes en el tiempo y en el espacio, realizadas por múltiples actores individuales y colectivos. De este modo, se crean las bases para la configuración de los tres sectores económicos —agroextractivo, industrial, servicios— que constituyen en la actualidad el centro de la actividad productiva. La configuración del mercado interno implicó cuatro grandes transformaciones, no necesariamente secuenciales entre sí: separación del productor directo de sus medios de producción; conversión de la fuerza de trabajo en mercancía; generalización de la mercancía y monetarización de la economía; y profundización de la división social del trabajo. Separación del productor directo de sus medios de producción En las sociedades feudales europeas, mediante acuerdos basados en costumbres, leyes y un complejo sistema de dones y contra dones, los campesinos, que en su gran mayoría tenían la condición de siervos o semisiervos, accedían a la posesión de la tierra a cambio de pagar tributos en trabajo y/o bienes y de prestar diversos servicios al propietario, quien por su condición de señor feudal, a su vez atado a otro poderoso, gozaba de prerrogativas económicas, judiciales y personales sobre sus siervos y los miembros de su familia125. En tales condiciones la extracción del excedente se realizaba por medios políticos, que incluían el uso de la fuerza y la violencia. Los derechos y costumbres que otorgaba a los campesinos el acceso a la tierra comienzan a ser desconocidos por los señores feudales, sobre todo por razones económicas, alrededor del siglo catorce, iniciándose así el largo proceso de despojamiento de este medio de producción que culmina en el siglo diecinueve en varios países europeos (Francia, Inglaterra) y que supuso en algunos casos convertir grandes extensiones de tierra agrícola en pastizales para la crianza de ganado ovino con vistas a la producción de lana. La separación de los productores directos de sus medios de 82
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