cuestión; y determinan para sus ocupantes un conjunto ad hoc de derechos y deberes, denominado rol81. En toda interacción social los actores tienen como expectativas mutuas que los otros participantes actualicen los derechos correspondientes a su rol. Aunque la cultura es definida en ocasiones como el conjunto de productos más elevados fruto de la mente humana, en sociología esta es entendida, en su acepción más básica, como el conjunto de valores, fines, normas, pautas y expectativas que caracterizan a las sociedades y/o grupos. Esta definición inicial, que hace énfasis en los aspectos institucionalizados de la cultura, será ampliada en la parte III, al igual que la de estructura cuando se aborden los marcos de referencia respectivos. En lo que sigue se presentarán algunos aspectos concernientes a los roles sociales, en tanto articuladores entre las dimensiones estructurales y culturales. El rol es el conjunto de deberes y derechos, definidos socioculturalmente, que corresponde a una posición. Las definiciones de rol no son pautas rígidas sino prescripciones de comportamientos socialmente esperados82 dentro de márgenes más o menos amplios al interior de los cuales caben distintas formas de realización personal del rol, dependiendo de la idiosincrasia, iniciativa, creatividad, motivación al logro y la capacidad de reaccionar organizadamente de cada actor social. Las definiciones de comportamiento presentan distintos niveles de formalización y exigen diferentes grados de afectividad; por ejemplo, el desempeño de algunos roles, como el de terapeuta o juez, además de contar con códigos de conducta altamente formalizados, demandan neutralidad afectiva; en tanto que otros roles, como los de amigo, madre, padre o esposa, que no poseen códigos formalizados, implican un fuerte compromiso emocional. Los roles, al pautar modos de comportamiento esperados, constituyen también mecanismos de control social que se ejercen mediante sanciones positivas y negativas aplicadas bien por los actores sociales en la interacción cotidiana o bien por funcionarios especializados. No solo están pautados los contenidos normativos de los roles, sino también el acceso a las posiciones que los acompañan de acuerdo a la clase social, el género, la edad y la procedencia étnica de los actores sociales. Lo anterior significa que las posibilidades y probabilidades de ocupar determinadas posiciones —sobre todo las vinculadas al poder económico y político— están distribuidas desigualmente pues su asignación depende no 54
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