14 Sobre el conocimiento responsable, ver Bendix (1975); sobre el compromiso y distanciamiento en las ciencias sociales, ver Elias (1990); y sobre la convergencia entre ciencia y ética, ver Wallerstein (2006). 15 Ver Alexander (1995); Berger (1989); Castells (1995); Giddens (1995) y Touraine (1978). 16 Ver Berger (1989); Giddens (2000a); Bauman (1994, introducción); Elias (1990); Bernstein (1983, introducción) y Touraine (1978, caps. 1-2). 17 Tomado de Plaza (1998). 18 Ver Wright (1979, caps. 1 y 4) y Berlin (1983, cap. 3). 19 Ver Olson (1993). 20 La ciencia, de otro lado, está también muy unida a la práctica. Frente a la magia o la alquimia la ciencia moderna supone una pretensión paradójica: que sus enunciados tengan un contenido empírico, no puramente formal, y que a la vez puedan derivarse de enunciados universales y necesarios. Ello solo se podía lograr mediante enunciados científicos planteados con un lenguaje matemático y referidos a relaciones observables en la naturaleza. Ver Berman (2001, cap. 1). 21 Hall (1970, p. 5). 22 Berman (2001, pp. 87-111). 23 Sobre las consecuencias de esta perspectiva en el desarrollo de las ciencias sociales, ver el trabajo de Berman (2001). 24 Ver Bourdieu (1988); Mayr (1989); Corcuff (1998) y Elias (2000b). 25 Ver Giddens (1993) y Wrong (1970, pp. 1-25). 26 Ver Cuff & otros (1985, cap. 2); Collins (1996, cap. 3); Nisbet (1965, cap. 2) y el ensayo de Merton (1965b) titulado «Durkheim’s Division of Labor in Society». 27 Durkheim (1988, p. 68). 28 Ver el ensayo de Jeffrey Alexander titulado «La centralidad de los clásicos» en Giddens & otros (1990); Bernstein (1983, introducción y cap. 3); Berger & Kellner (1985, caps. 2-4); Berlin (1983, cap. 4); Cuff & otros (1985, caps. 4-5); Schutz (1972, caps. 1, 4 y 5); Schutz (1974, caps. 1-2); Turner & otros (1995, caps. 8-9). 29 Giddens (1993, 1995). 30 Ver Bendix (1975). Los conceptos pareados, según Bendix, a la vez que ofrecen al sociólogo la posibilidad de «conceptualizar lo que sabemos sobre la variabilidad de los fenómenos sociales e individuales, de las interacciones e instituciones» (1975, p. 142), tienden a ocasionar ciertos problemas: a) pueden inducir a clasificaciones dicotómicas cuando, tras acabar las investigaciones, uno encuentra que no son tan útiles pues existen elementos «urbanos» en las sociedades tradicionales: relaciones informales en las burocracias formalmente racionales; b) es problemático no distinguir los conceptos pareados de la formulación de hipótesis: no son capaces de resolver por sí mismos algunos problemas empíricos; y c) muchos conceptos pareados no han sido completamente analizados: los nuevos conceptos frecuentemente coinciden con formulaciones pasadas. ¿Qué hacer frente a esta problemática? Dado que 31
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