Tradiciones científicas, cosmovisiones del mundo y modelos clasificatorios dicotómicos Las cuestiones en debate entre las dos grandes tradiciones de conocimiento a las que se aúna la sociología en el siglo diecinueve no se agotan en la discusión sobre lo que es el conocimiento científico y el modo legítimo de obtenerlo, sino que también abarcan cuestiones medulares acerca de la naturaleza humana y no humana, la sociedad, el cosmos, el mundo sobrenatural, el sentido y dirección de la historia, y la fuente de la agencia en los ámbitos natural y social. Tanto las respuestas y los enfoques académicos que la filosofía, la religión y la ciencia dan sobre estos grandes temas, como sus versiones e interpretaciones menos especializadas y de sentido común, constituyen el núcleo de las cosmovisiones que los individuos, grupos y sociedades, a través de sus diversas actividades, construyen y modifican a lo largo de la historia. La elaboración de las cosmovisiones del mundo —que implica también confrontaciones físicas y/o intelectuales entre grupos y clases sociales para imponer una visión determinada— se realiza mediante el empleo de sistemas simbólicos. En su versión occidental estos sistemas se caracterizan por emplear modelos clasificatorios dicotómicos —en la mayoría de los cuales se concibe como opuestos a los conceptos integrantes del par— para expresar, organizar y jerarquizar las diferencias sociales y conceptuales24, tal como lo muestran los siguientes ejemplos: Mente/cuerpo. Razón/afectos. Pensamiento/lenguaje. Universal/específico. Abstracto/concreto. Determinación/contingencia. Forma/contenido. Objetivo/subjetivo. Material/ideal. Orden/caos. El estudio de las cosmovisiones y de los modelos dicotómicos de pensamiento constituye un campo de estudio fundamental para la sociología por las siguientes razones, entre otras: 21
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