divergencias se pueden apreciar, por ejemplo, en tres grandes campos de análisis: 1. Cultura como sinónimo de ideología, entendida esta como ideas fuerza que expresan la visión del mundo de una clase determinada. Marx plantea que las ideas de las clases dominantes son las dominantes de su sociedad; dichas clases, debido a la posición que ocupan en la estructura social, tienen la capacidad de articular una visión de conjunto, a diferencia de las clases dominadas, que solo pueden elaborar visiones parciales de la realidad, por lo que requieren de la contribución de actores externos para construir una visión global alternativa. En esa línea, Gramsci sostiene que para que una clase dominante se torne en dirigente, es necesario que ejerza no solo dominio político y económico, sino también ideológico y cultural; es decir, que se vuelva un bloque político-moral, por lo cual el resto de clases asumen como válida su visión. 2. Cultura como estilos de vida diferenciados, diferenciantes y diferenciadores, en términos de Bourdieu, o comportamientos de estatus, según Weber. Este campo de análisis remite a dos temas centrales: a) la conexión, señalada por Weber, entre estilos de vida y posición en el mercado en función del tipo de productos del que disponen los actores: capital, conocimientos especializados o fuerza de trabajo; b) la relación entre la identidad personal y la de clase, mediada por los medios económicos de los que se disponga y los estilos culturales de consumo, y la configuración de estas identidades en relación y en competencia con otros grupos o clases. 3. Cultura como visiones, valores e intereses de grupos y clases que emergen como fruto de la profundización de la división social del trabajo, que a decir de Durkheim fragmenta la conciencia colectiva característica de la comunidad y fomenta la proliferación de representaciones colectivas. Weber, por su parte, señala la competencia entre versiones alternativas de valores como parte del funcionamiento de la sociedad y de su estructura de clases. 261 No hay que confundir el uso de la noción de estructura social, que es una noción genérica empleada por todas las escuelas sociológicas, con la pertenencia a los enfoques agrupados bajo el término estructuralismo puesto en boga en Francia en las décadas de los años sesenta y setenta —derivado del estructuralismo lingüístico de Saussure, 185
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