Con respecto al primer punto señalado, la configuración del Estadonación290 implicó centralizar e institucionalizar el poder político y ejercitarlo sobre un territorio más o menos amplio, así como establecer fronteras delimitadas. Con el fin de crear bases comunes entre los distintos grupos que habitaban el territorio y de legitimar la monopolización del poder, los gobernantes desarrollaron estrategias y políticas orientadas a fomentar la homogenización cultural mediante las siguientes medidas, entre otras: 1. La imposición de un idioma oficial, usualmente en detrimento de otros que también se solían emplear dentro del territorio estatal. 2. Unificación y resignificación de las tradiciones históricas en procura de estandarizar y generalizar una visión oficial. 3. Implementación de una estrategia educativa estatal para la elaboración de textos escolares. 4. Monopolio del capital simbólico, que permite definir los parámetros de lo deseable y aceptable tanto en el campo de la cultura como en los demás campos sociales. Con respecto al segundo punto indicado, resulta ilustrativa la explicación que ofrece Elias (1994) sobre la diferencia entre cultura y civilización practicada por los alemanes en el contexto sociocultural y político del siglo dieciocho con el fin de diferenciarse de los franceses. La Francia absolutista contaba con un sistema político y económico relativamente integrado y era la portadora de los ideales universalistas de la Ilustración, que enfatizaban la capacidad crítica y de raciocinio de los individuos y cuestionaban las tradiciones, mitos y costumbres de las sociedades. Por el contrario, la Alemania de la época carecía de unidad económica y política y su corte central se encontraba desvinculada de los modos de vida del interior del país y de las cortes provincianas, donde justamente emergieron movimientos culturales que tenían como propósito reivindicar la historia, tradiciones y costumbres propias y destacar el papel positivo de las emociones y los afectos en la vida social291. Es en este contexto, explica Elias, que los intelectuales alemanes emplearon la noción de cultura para relievar la autenticidad y el carácter orgánico de las creaciones colectivas y populares generadas a lo largo de la historia y cimentadas en un territorio; y la de civilización para referirse a las producidas por la corte de la Francia absolutista y por los defensores de 183
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