En las actuales circunstancias, cuando ha desaparecido la oligarquía pero no se han terminado de consolidar los nuevos actores sociales en los campos económico y político; cuando el gamonalismo ha sido reemplazado en el interior del país por poderes locales basados en el comercio y los títulos profesionales; cuando el campesinado y los pequeños agricultores han decrecido numéricamente y en importancia económica; cuando se ha profundizado la diferenciación campesina; cuando la vida rural se organiza cada vez más en función de los centros poblados, carentes de capacidad para generar empleo al ritmo de las demandas; cuando el sector obrero es minoritario, en tanto que el autoempleo y las micro y pequeñas empresas albergan a la mayoría de trabajadores; cuando la población se congrega en las ciudades, principalmente de la costa; cuando en los llamados sectores medios se generan procesos de emergencia de nuevos grupos, a la par que decadencia en otros; cuando los medios industriales y empresariales nacionales han perdido peso en la economía del país frente a las corporaciones transnacionales; y cuando las propuestas políticas en curso carecen de solidez y atractivo para gran parte de la población sin que los dirigentes de los partidos puedan entender a qué se debe esta situación, resulta muy pertinente preguntarnos por las actuales bases de la desigualdad y por sus mecanismos de reproducción, así como por los cambios que los procesos locales, nacionales y globales están produciendo en la vida de las personas y en la matriz socioeconómica del país. En suma, preguntarnos por nuestra actual configuración de clases. Responder la cuestión planteada requiere que la teorización y el análisis de las clases —para lo cual es necesario elaborar un mapa clasificatorio en correspondencia con nuestras estructuras productiva y de empleo— se efectúe en relación con el análisis y funcionamiento del Estado-nación y el mercado interno peruanos. Para estos propósitos se cuenta con abundantes estudios e información empírica, los cuales demandan una relectura en función de lo planteado. A continuación presentaré, muy brevemente, cuatro entradas que pueden servir de base inicial para emprender esta relectura. Comencemos con la diferenciación que Giddens288 establece entre sociedades divididas en clase y sociedades de clases. Giddens entiende que en estas últimas, que son las sociedades de capitalismo avanzado, los procesos de constitución del Estado-nación, del mercado interno, de la industrialización y de la racionalización se han institucionalizado y han 180
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx