incurriendo en conductas que caen bajo la categoría de desviación social. El romper con las definiciones institucionales no siempre es un proceder negativo, pues esta es una de las formas en que la sociedad se renueva y transforma. Las divergencias principales entre enfoques para definir las instituciones se deben al acento que unos ponen en los valores y normas, en tanto que otros lo colocan en las prácticas de los actores sociales o en el énfasis puesto bien en su carácter coercitivo o bien posibilitador de la realización personal y de las actividades humanas, pero los elementos utilizados para definirlas son los mismos. Las tres propuestas que se presentan a continuación ilustran desde sus ángulos específicos las divergencias con respecto a: i) la relación entre prácticas sociales y contenidos valorativos en las instituciones; y ii) su externalidad o no frente a la estructura interna y a las prácticas de los actores sociales. Durkheim, a través de sus nociones de hechos sociales, sociedad y sociología, ilustra el caso más representativo de enfoque normativo, coercitivo y externo de las instituciones: La gran diferencia entre las sociedades animales y las sociedades humanas es que en las primeras el individuo está gobernado exclusivamente desde dentro, por los instintos (salvo por una pequeña porción de educación individual que ella misma depende del instinto); las sociedades humanas, por el contrario, presentan un fenómeno nuevo, de una naturaleza especial, que consiste en que ciertos modos de actuar le son impuestos al individuo, o, al menos, son propuestos a él desde fuera y se sobreañaden a su propia naturaleza: tal es el carácter de las «instituciones» (en el sentido más amplio del término), carácter que la existencia del lenguaje hace posible y de la que es ejemplo el propio lenguaje. Se encarnan en los individuos sin que esta sucesión destruya su continuidad; su presencia es el carácter distintivo de las sociedades humanas, y el objeto propio de la - sociología242. Y, en el fondo, eso es lo esencial de la noción de coerción social [ejercida por los hechos sociales]; pues no implica nada más que esto, que los modos colectivos de obrar o de pensar tienen una realidad fuera de los individuos que actúan conforme a ellos en cada momento del tiempo243. En efecto sin desnaturalizar el sentido de este vocablo, se puede llamar institución a todas las creencias y a todos los modos de conducta instituidos por la colectividad; en tal caso, la sociología puede ser definida como la ciencia de las instituciones, de su génesis y de su funcionamiento244. 156
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