Dentro de cada sociedad existen distintos sistemas simbólicos vinculados a diferentes niveles de integración (individuos, familia, barrio, región, clase social, país, sociedad mundial) y a diversos grandes campos de actividades, cuyo número depende del tipo de diferenciación y especialización institucional-organizativa: economía, política, cultura; y, dentro de esta última, a distintos subcampos: arte, ciencia, matemática, lógica, sentido común, deporte. Según las épocas históricas, alguno de estos sistemas simbólicos adquiere especial relevancia para la reproducción de las sociedades. En la actualidad, el modo informacional de desarrollo ha hecho que las miradas se centren en el papel que el conocimiento científico y los métodos y capacidades para alcanzarlo juegan en la vida cotidiana e institucional de las sociedades y de los sistemas intersocietarios. Es debido a ello que el proceso de racionalización de la sociedad occidental —- especialmente en el campo de la ciencia—, planteado por Weber236 como una de las características centrales de la modernidad237 y estudiado a lo largo de su desarrollo por varios sociólogos, es hoy un tema central de discusión académica y política. Castells238 (1995) y Bell (1976)239 afirman que el desarrollo y el crecimiento en el mundo actual descansan sobre la capacidad de las sociedades para transformar información en conocimiento científico, capacidad que reside en la habilidad, adquirida explícita y metódicamente, para manejar los sistemas simbólicos de la ciencia. Las personas, los grupos, las clases y países que tienen mayor posibilidad para manipular sistemas simbólicos están en mejor posición para impulsar, sino el desarrollo, el crecimiento de sus sociedades. En síntesis, desde un punto de vista general todos los sistemas simbólicos240 están configurados con los mismos elementos (valores, normas, ritos, lenguajes, significación de prácticas sociales) y cumplen las mismas funciones (clasificación, comunicación, orientación de la conducta, conocimiento, tanto a nivel individual como colectivo), pero a su vez cada sistema simbólico, al operar en distintos niveles de integración y diferentes campos de actividad, produce principios y procedimientos propios que lo hacen diferente y distinto a los demás: la cultura es la conjunción de sistemas simbólicos —intra e intersocietarios— creados a través de la historia mediante las prácticas sociales y la capacidad de manipulación simbólica de los seres humanos, creación que 154
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx