Toda actividad humana significativa —cognitiva, estético-expresiva, moral o emocional—233 presenta siempre una dimensión simbólica entrelazada dialécticamente con la base social, material y organizativa en la que se desenvuelve (Williams, Godelier234, Bourdieu, Castells). La dimensión simbólica, con distinto grado de elaboración y complejidad, se expresa en los tres niveles principales que conforman la cultura y que algunos autores suelen ver por separado y como autosuficientes: 1. la cultura como fuente de significación global del entendimiento y las prácticas humanas y su correspondiente hermenéutica en un tiempo y espacio determinados (modo de ver el mundo); 2. la cultura objetivada, institucionalizada o cristalizada, o —en términos de Durkheim— la cultura como hecho social (valores y normas); y 3. la cultura subjetivada, incorporada en los sujetos en tanto portadores, productores e intérpretes de significados (habitus y sentido práctico de Bourdieu, conciencia práctica de Giddens, el yo y el mí de Mead). Asumir la simultaneidad e interconexión de estos tres aspectos, y su relación con sus bases social, material y organizativa específicas, permite entender, por ejemplo, que la llamada sensibilidad artística y creativa es el resultado de la manera en que las personas —desde sus particularidades genéticas, psicológicas y sociales—, haciendo uso de códigos culturales, experimentan, interpretan, significan, manejan y expresan sus fantasías innovadoras y emociones235; que las orientaciones ideológicas o los gustos —la atracción o rechazo frente a determinado tipo de personas, cosas o situaciones— son tanto colectivas como individuales (Bourdieu); que cada ser humano es portador de identidad individual y grupal; que la identidad de la persona está constituida por múltiples personas parciales (Mead) o múltiples identidades (Giddens, Sen) o múltiples valencias (Elias) que operan según el ámbito de actividad y significación que enfrenta; que a similares condiciones de vida corresponden similares estilos de vida y categorías culturales. En síntesis, cuando se afirma que «somos seres simbólicos» se postula que el manejo de todas nuestras dimensiones y nuestra capacidad de agencia están relacionadas tanto con las posiciones que ocupamos en la estructura social como con el uso de sistemas simbólicos específicos. 153
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