pues supone que valores y normas compartidos por todos los miembros de la sociedad posibilitan su integración y equilibrio. Por el contrario, para Weber y para Bourdieu la cultura es un campo de disputa entre grupos que ocupan distintas posiciones en el universo social. 9. Inmutabilidad o cambio: unos entienden a la cultura como un elemento esencialmente inamovible, en tanto que otros, dado que la cultura es un campo de lucha entre los distintos grupos y clases por definir las respuestas a los problemas de la vida social —los cuales también se modifican a lo largo de la historia—, subrayan su carácter dinámico y en permanente transformación. 10. Naturaleza de la identidad individual y de la colectiva: unos enfoques convierten en sinónimo de identidad individual y colectiva uno o varios rasgos culturales, los cuales deben permanecer inalterados so pena de alienarse de su propio ser (identidad de clase —falsa conciencia; identidad étnica-aculturación; identidad de estatus—, arribismo), en tanto que otros hacen hincapié en las múltiples identidades que caracterizan a los individuos (Mead, Sen, Elias, Bourdieu) y en los procesos que implica el desarrollo de la identidad a lo largo del ciclo vital de los individuos y del ciclo histórico de los grupos y de las sociedades. En síntesis, las controversias conceptuales tienen las siguientes fuentes, entre otras: 1. adoptar uno u otro polo de las dicotomías enunciadas en la primera parte —base material/mundo de las ideas; cuerpo/mente; objetivo/subjetivo—; 2. no distinguir con precisión los distintos modos en los que los actores sociales utilizan la dimensión simbólica —característica específica de todas las producciones culturales—; 3. obviar el papel de las clases, grupos, género y edad; 4. descuidar el carácter histórico de la cultura; y 5. no establecer de modo sistemático las diferencias y relaciones entre cultura, estructura social y actores sociales. 10.3 CULTURA Y SISTEMAS SIMBÓLICOS 151
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