atención prestó al análisis de las condiciones subjetivas y objetivas que podrían conducir a la acción colectiva revolucionaria por parte de los trabajadores en procura de derribar el orden capitalista. Si bien desde los inicios de la sociología estos temas han estado presentes en los trabajos de los diversos autores, es recién alrededor de mediados del siglo pasado que la acción colectiva se constituye en un punto central de la agenda sociológica. Reflejando cambios en la estructuración de las clases sociales y en los universos simbólicos de las mismas, como también el agotamiento de las estructuras de legitimación política de los Estados, surgieron en los países del capitalismo avanzado en Europa y Estados Unidos, durante los años sesenta y setenta, los llamados movimientos sociales, los cuales prontamente se convirtieron en un campo de estudio sociológico —el de la acción colectiva— que implicó desarrollar enfoques teóricos y metodológicos para su análisis y comprensión. Uno de los primeros trabajos al respecto es el de Smelser (1963). En América Latina el estudio de dichos movimientos se inició en la década de los años ochenta. El campo de la acción colectiva227 incluye contemporáneamente, entre otros, el estudio de cuatro grandes y diferentes procesos: las revoluciones; los movimientos sociales en busca de soluciones en distintos campos de la vida humana que los canales institucionales niegan o no ofrecen; las acciones colectivas cooperativas en procura de alcanzar objetivos comunes impulsados por las nuevas corrientes en el campo del desarrollo socioeconómico; y las acciones colectivas virtuales coordinadas a partir de las nuevas tecnologías de comunicación en función de temas que atraviesan fronteras y estratos sociales. 9.6 A MODO DE CONCLUSIÓN Los distintos modelos sobre la acción y la interacción presentados, a pesar de sus diferencias, muestran la íntima conexión existente entre el ser y el obrar de las personas y los contextos socioculturales en los que se desenvuelven y el estrecho vínculo entre las acciones individuales y las condiciones estructurales para su realización. Bien miradas las cosas, los modelos y procesos estudiados muestran que la acción individual siempre transcurre dentro del marco de la acción colectiva, entendiendo por esta última no solo su expresión asociativa encarnada en grupos contemporáneos, sino también la dimensión institucional que norma y 144
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