Teoría sociológica

Cada actor contribuye a construir el marco interaccional al asumir e interpretar el rol asignado y el de los otros. La construcción del marco atraviesa por varias fases, entre las que se pueden distinguir con claridad tres: inicial223 —que requiere un alto empleo de energía para lograr que adquiera su configuración—; intermedia —donde se despliegan con mayor facilidad los procesos de interacción entre los participantes apoyados en el manejo de los rituales y de las mutuas expectativas—; y la fase de finalización y despedida. Cada fase está acompañada de rituales específicos que, al señalar una especie de curso natural a seguir, atemperan las ansiedades y facilitan la interacción. La creación y definición conjunta de un marco situacional se realiza mediante prácticas compartidas y el lenguaje, medio fundamental para producir e interpretar significados compartidos, tal como Mead lo señalara. Para analizar el tercer proceso constitutivo de la interacción Turner construye un modelo que denomina modelo dinámico de procesos estructurantes, en el que distingue los siguientes subprocesos: regionalización, categorización, ritualización, normalización, - estabilización y rutinización. La estructuración inicial de toda interacción descansa en los procesos de regionalización y categorización. El primero consiste en situar la interacción, dentro de un marco de actividad específica —trabajo, estudio, juego—, en el tiempo y en el espacio, distinguiéndola así de otras que se desarrollan en otros ámbitos. Este proceso está estrechamente vinculado con el de categorización —o tipificación, como lo denominan otros autores — de personas, circunstancias, patrones de conducta esperados y grado de intimidad apropiado que convenga al tipo de interacción en curso. El entrelazamiento de ambos procesos permite a los actores aclarar el significado de la situación y posibilita que la interacción siga su cauce normal224; es decir, según el autor, de acuerdo a un patrón caracterizado por los siguientes procesos: ritualizar, normalizar —con base en la aceptación y aplicación común de normas, deberes y derechos apropiados a la situación—, estabilizar y rutinizar las expectativas, respuestas y conductas de los actores. Una vez puesto en marcha el conjunto de los procesos se inicia una retroalimentación entre ellos, lo que da lugar a la producción de ciclos diferentes a través de los cuales se sostiene la interacción. Para obtener mayor utilidad del modelo de Turner conviene tener en cuenta las siguientes precisiones: 139

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