La capacidad de suspender la duda y la confianza en los sistemas expertos están vinculadas no solo al funcionamiento autónomo y consciente de los sujetos adultos, sino que guardan relación con los procesos de socialización primaria y la configuración de la persona social. Giddens, apoyándose en la psicología del desarrollo, especialmente en la escuela psicológica de los vínculos, señala que al momento de nacer la criatura indefensa carece de una estructura interna que le permita manejar sus estados de ánimo y la relación con los entornos natural y social. La configuración de dicha estructura es fruto de la interacción entre la criatura indefensa y sus padres o cuidadores principales, en la cual juegan un papel central la comunicación verbal y no verbal, el cariño y la ternura, y las rutinas y regímenes de alimentación, cuidado, sueño, estímulos, juegos y de presencia de los cuidadores. Esta interacción cargada de un fuerte contenido emocional junto con las rutinas permite que los niños adquieran paulatinamente la capacidad de comunicación y de respuesta organizada, aprendan a dominar sus impulsos y a aceptar que sus deseos no pueden ser satisfechos inmediatamente. Un componente central en la relación entre el niño y sus padres es la capacidad que aquel adquiere para aceptar la ausencia de estos y para desarrollar una confianza en su retorno, alejando así el sentimiento de abandono que la no presencia puede producirle. A esa capacidad Giddens la denomina confianza básica193, que es el sentimiento de fiabilidad en los otros desarrollado a través de la interacción con los padres, la ternura, el lenguaje y las rutinas y regímenes cotidianos. La confianza básica es el núcleo de lo que Giddens llama seguridad ontológica, fundamental para el sentido de identidad y para la interacción y respeto a los otros en tanto que permite distinguir la existencia continua y diferenciada de cada quien, de los otros y del entorno natural. Por esta razón, Giddens señala que la subjetividad es resultado de la intersubjetividad. Constituida la persona, Giddens explora las características del actor social y señala que, dada la matriz interna organizada y el tipo de seguridad ontológica que ostentan, los actores sociales son hábiles para manejarse en su medio y dar cuenta de sus acciones. Afirma que todos los actores sociales operan en la vida cotidiana con lo que denomina conciencia práctica, es decir, la habilidad para desarrollar y ejecutar múltiples actividades sin tener que prestarles atención específica, pero si alguien pidiera razones o se sucintaran malos entendidos en la comunicación, los sujetos pueden responder acerca de estas, a lo cual 122
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx