Revolución Industrial, las migraciones masivas del campo a la ciudad, el proceso acelerado de urbanización, la implementación de medidas sanitarias para combatir los males resultantes del hacinamiento humano, el impulso a la alfabetización general y la elevación del nivel educacional y de vida de amplios sectores que antes estuvieron sometidos a duras condiciones de explotación. Este proceso presenta fases que han sido diferenciadas y estudiadas desde distintos ángulos, entre otros, por demógrafos e historiadores182. Para nuestros fines basta por el momento con distinguir el periodo previo a la Revolución Industrial, en el cual la mayoría de la población en todas las sociedades estaba dedicada a la agricultura, vivía en localidades rurales y presentaba tasas de natalidad y de mortalidad muy altas, así como una esperanza de vida muy baja. En este periodo eran otras las etapas del ciclo vital que se distinguían culturalmente y otras también las actividades que se asignaban a niños, jóvenes y adultos. Los niños desde muy temprana edad pasaban a tener obligaciones de trabajo dentro o fuera de la economía familiar; la edad para contraer matrimonio y adquirir estatus de adulto lindaba con el final de la adolescencia y los primeros años de lo que hoy se denomina juventud; las mujeres (por ello) eran madres desde muy jóvenes y pasaban por numerosos embarazos; la herencia se daba a la muerte de los padres y era norma que los hijos, pero fundamentalmente las hijas, cuidaran de estos durante su vejez. Con la consolidación del llamado patrón urbano-industrial de desarrollo, surgido después de la Revolución Industrial, en Europa y en los países del capitalismo originario se modificó profundamente esta situación, pues posibilitó la emergencia de la llamada transición demográfica. En su primera fase se mantuvo alta la tasa de fecundidad y disminuyó la tasa de mortalidad, lo que contribuyó a la explosión demográfica, pero luego ambas tasas tendieron a igualarse al disminuir las familias urbanas paulatinamente el número de hijos, hasta quedar fijado como ideal en el imaginario colectivo la familia nuclear compuesta por cuatro miembros. Conjuntamente con este proceso, aumentó la esperanza de vida. La economía familiar y la agricultura dejaron de ser predominantes para ceder el paso al trabajo remunerado y a la industria. La separación del ámbito de trabajo del hogar contribuyó a profundizar la distinción del espacio público del privado, asignándole a las mujeres los roles al interior de la casa y a los hombres el acceso a los roles públicos en los campos del trabajo y la política. 114
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