autónoma, dentro de su sociedad. Sobre este punto, George Mead explica que «el individuo se experimenta a sí mismo como tal, no directamente, sino desde los puntos de vista particulares de los otros miembros del grupo social, o desde el punto de vista generalizado del grupo social, en cuanto un todo, al que pertenece»179. El desarrollo de la persona social involucra las dimensiones corporales, cognitivas y afectivas de los seres humanos, aunque no siempre se les preste la misma y debida atención a cada una de ellas. Freud es uno de los estudiosos que puso especial énfasis en el papel que juega la dimensión emocional en el desarrollo de la persona y el costoso camino que implica aprender a postergar la satisfacción inmediata de las necesidades. Como señala Giddens180, «Para Freud, la represión está en la base de algunas de las más importantes características del desarrollo infantil. El niño o la niña tienen una relación positiva y negativa con su madre, de forma que el amor y el antagonismo están mezclados». El segundo aspecto subraya que la socialización otorga a la persona no solo diferentes conocimientos, sino también la capacidad de asimilarlos y producirlos, así como las categorías de percepción y apreciación para aprehender al mundo. Entre los autores que han sostenido la importancia de la dimensión cognitiva en el proceso de la socialización se encuentra Piaget (1969b), para quien los seres humanos pasan por distintas fases en su desarrollo cognitivo: sensomotriz (desde el nacimiento hasta los dos años), la preoperatoria (desde los dos hasta los siete años), operatoria concreta (desde los siete hasta los once años) y operatoria formal (entre los once y quince años). Es durante esta última etapa cuando se logra el dominio del pensamiento abstracto que permite entender y formular planteamientos hipotéticos formulados con un alto nivel de generalidad y síntesis no dependientes de la experiencia individual inmediata. Para Piaget, aunque las primeras etapas se desarrollan de forma universal, la última depende mucho del contexto en el que se desarrolla la persona: el aprendizaje del pensamiento no culmina para todos de la misma manera sino que varía según las instituciones de cada sociedad y, agregaríamos, del acceso que se tenga a los recursos tangibles y no tangibles disponibles. El tercer aspecto pone de relieve que la socialización implica el aprendizaje, no necesariamente consciente, de modos de comportamiento y normas de conducta, enseñadas y reforzadas mediante rutinas y regímenes cotidianos —horas de alimentación, juego, reposo, hábitos de higiene, tipos de juegos, manifestaciones de alegría y desagrado— que, a la vez que 112
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