Teoría sociológica

lógica de reproducción social y un orden institucional asentados en una mezcla peculiar entre lo normado oficialmente y lo efectivamente ejecutado mediante las prácticas sociales cotidianas de los dominantes y de los dominados. El aparato político y burocrático del Virreinato peruano, organizado y dirigido desde fuera, estaba sometido a los mandatos emitidos por el centro del imperio. La comunidad política existente en la Colonia estuvo configurada por los enviados directos del poder real y, en menor medida, por los hijos de españoles nacidos en el Perú. Ningún otro grupo participaba como tal en la toma de decisiones o tenía voz en ellas. No hubo pues lugar para la creación de instituciones y organizaciones que posibilitaran integrar a los distintos grupos en una comunidad política; más aún, ello resultaba contrario a la estrategia de la Corona española en la medida en que la práctica y la normatividad política, económica, cultural y social coloniales descansaban en la separación legalmente establecida y sancionada entre la república de españoles y la república de indios, que asignaba a cada grupo distintos deberes y derechos y un acceso diferenciado y desigual a los recursos tangibles e intangibles de la sociedad. Procesos de racionalización El proceso de racionalización, que en Europa contó con el apoyo disciplinario del calvinismo, las cortes absolutistas y la producción capitalista, en el Perú colonial corrió por cauces distintos. Las instituciones políticas, económicas y educativas centrales asentadas en ideologías señoriales y de corte religioso estuvieron dirigidas a atender las necesidades de los grupos hispanos y criollos, a la vez que orientadas a reproducir las diferencias con los grupos indígenas y mestizos y a justificar el carácter socialmente degradante del trabajo manual. A pesar de esta exclusión institucionalizada y de las represiones impuestas al desarrollo y expresión de sus modos de vida y cultura, los grupos indígenas, merced a los lazos familiares y a las organizaciones comunales, lograron mantener una cultura local que, arraigada en el respeto a las costumbres y tradiciones, sirvió de orientación a la conducta personal en los distintos ámbitos sociales. De esta forma se fueron asentando diversos patrones orientadores de la conducta y la afectividad de acuerdo con las condiciones socioeconómicas y étnicas de los grupos. Pero un proceso de racionalización a nivel societal de la producción, e individual, basado en 102

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx