sobre dichas consultas y fijará los términos a los que deberán sujetarse dichos compromisos arancelarios. En todas las negociaciones se tendrá en cuenta el principio de la nación más favorecida, conforme con el ordenamiento jurídico andino (art. 5). El ámbito de estos compromisos aceptados por los cinco países miembros abarca aquellos proyectos que tienen como propósito el establecimiento de áreas de libre comercio, y podrán referirse a temas distintos a la liberalización del comercio de mercancías. 6. NEGOCIACIONES HACIA EL ACUERDO DE LIBRE COMERCIO DE LAS AMÉRICAS (ALCA) En junio de 1990, Estados Unidos de América lanzó la propuesta de construir una zona de libre comercio desde Alaska a Tierra del Fuego, conocida como «Iniciativa de las Américas» o Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), con el propósito de aumentar el comercio dentro del hemisferio e incrementar las inversiones norteamericanas al sur del Río Grande. En esa misma época, la Unión Europea consolidaba su mercado interior, Japón lograba elevadas tasas de crecimiento, surgía un área económica en el sudeste asiático, en tanto que China aparecía como una potencia comercial significativa y llegaba a todos los mercados de la tierra a través de una producción a escala impresionante y un dumping social hasta entonces desconocido. El esquema de negociación del ALCA pasa por acuerdos bilaterales; es decir, sigue la técnica del «morcillamiento» mediante tratados de libre comercio (TLC) con cada uno de los países de América Latina. Su lanzamiento se realizó en la Primera Cumbre de las Américas, celebrada en Miami en diciembre de 1994. A inicios de aquel año había entrado en vigencia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, NAFTA o TLCAN (Canadá, México y Estados Unidos de América), de cuya expansión hacia el resto del continente —salvo Cuba— se encargaría el ALCA. De tal manera que este mecanismo de negociación tiene su antecedente en el NAFTA. El ALCA pretende el libre comercio de mercaderías y de capitales entre todos los países de América, incluyendo Estados Unidos y Canadá. Sus objetivos son la eliminación gradual de las barreras aduaneras —es decir, de los impuestos que los países cobran por el ingreso de productos desde el exterior para proteger su producción— y la libre circulación de los factores 228
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