marco de ALADI y que busca conformar un Mercado Común. Hoy lo integra, además, Venezuela y Bolivia. Bolivia firmó su adhesión el 2 de mayo de 2013, manifestando su estrecha vinculación política y económica, desde que en el decenio de 1960 fuera miembro fundador de la iniciativa de la Cuenca del Plata y, en términos de comercio e inversión, tiene mucha vinculación económica con Brasil y Argentina en el rubro energético. Sin embargo, su mediterraneidad —originada después de la Guerra del Salitre en que Chile la despojó de la costa en 1879— ha sido un obstáculo para su desarrollo y para crear fórmulas de integración con otros grupos subregionales. El MERCOSUR se inserta dentro de la corriente de la subregionalización y la bilateralización que predomina en estos días. El proceso ha avanzado claramente, sin tropiezos, aunque no ha logrado institucionalizarse. En verdad, todos los procesos de integración se desenvuelven rápidamente al inicio, pero a medida que avanzan van encontrando dificultades, la mayoría de las cuales se originan por la carencia de técnicos y la falta de sensibilidad al momento de armonizar políticas y legislaciones nacionales, así como por inadecuadas negociaciones que omiten al comienzo la participación de los sectores involucrados, principalmente de la actividad privada y académica. La falta de una política adecuada para formar grupos de negociación y líneas comunes de acción son otras dificultades. Hoy en día es el único bloque exclusivamente latinoamericano pues no participa de ninguna iniciativa estadounidense que le otorgue preferencias no recíprocas, como la Caribbean Basin Trade Partnership Act o la Ley de Preferencia Arancelaria Andina para la erradicción de la droga (ATPDEA), y es el que ha obtenido menos beneficios en su relación con el ALCA en el rubro de productos agrícolas y no agrícolas. El MERCOSUR hace esforzados equilibrios para tomar distancia de los objetivos del ALCA planteando alternativas en su relación con los Estados Unidos de América a través de sus vínculos abiertos con India, China, Rusia, Medio Oriente y Egipto. Adicionalmente replantea sus posibilidades de negociación internacional, colocando las de la OMC en primer plano, liderando el llamado G-20 y con gran influencia, a través del Brasil, en el CAIRNS o grupo de países productores y exportadores de productos agrícolas (Regueiro Bello, 2008 p. 192). Ello explica la excelente gestión que ha hecho Brasil para colocar a un diplomático 187
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