Negociaciones comerciales internacionales

lleve más tarde a perder el entusiasmo de mantener el acuerdo y, en ese caso, hacer peligrar el esfuerzo previo de entendimiento. Aun cuando nos resistimos a admitir que la relación de las personas sea un «toma y daca», ya que ello solo se da en los espíritus mezquinos y está a una gran distancia del sentido humano de las relaciones, esbozamos estas tácticas referidas únicamente a las comerciales, pues allí es donde nacen y adquieren pleno valor. Una muestra de que las concesiones gratuitas producen resultados estériles, por lo menos para la parte que las concede, es la liberalización unilateral del comercio que algunos países han otorgado a otros, eliminando las barreras arancelarias y asumiendo que la apertura comercial es beneficiosa con independencia de sus políticas comerciales. Estas generalmente, por otro lado, no son recíprocas. Este «toma y daca» o back to back es explicable en las operaciones mercantiles internacionales, ya que son una muestra de la predisposición de una parte para hacer negocios. Ese es su límite y esa es su posibilidad. Dentro de ese margen se presentan algunos tipos, como repartir la torta y tender lazos de amistad. 5.1. Repartiendo la torta Al iniciar una negociación comercial existe una torta hipotética por repartir. Y, obviamente, cada uno de nosotros quiere la mayor tajada posible. Sin embargo, para poder disfrutarla debemos ponernos de acuerdo, porque la desesperación y la ambición nos pueden impedir probarla. En la vida diaria, en el hogar, podemos experimentar esta situación cada vez que se cocina un pastel o una torta y dos o tres hijos se quieren adueñar de la totalidad o de la tajada mayor. Cada quien se sentirá con derecho; así, el mayor querrá hacer uso de su primogenitura y pedirá ser el primero en cortar y tomar su tajada; el menor argüirá su debilidad o falta de experiencia, y entre todos una sola voz de protesta. Y allí tendremos un conflicto. Una buena solución, comprobada en la práctica, es dejar que el mayor efectivamente divida la torta, pero luego establecer que sean los otros quienes tengan el derecho de ser los primeros en tomar su tajada. De esa manera tendremos un reparto equitativo de la riqueza hogareña, ya que quien la divide, al no tener el privilegio de ser el primero en tomar la tajada, cuidará de ser equitativo en las porciones. Esta es una táctica de concesión de derechos en la que todos estarán de acuerdo. 143

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