Negociaciones comerciales internacionales

4.1.3. Ultimata ratio regum Luis XIV acuñó en sus cañones la frase ultimata ratio regum para significar que esa era su última razón. Hay dos formas de plantear un ultimátum: la primera es la referencia pura y simple de dar un plazo o establecer una condición que si no se acata dará origen a una sanción, y la otra es llevar a la otra parte a un desgaste, de tal manera que, si no acepta nuestro planteamiento, se verá con un costo hundido o sin retorno. Esta última, que es mucho más sutil —y, en consecuencia, más viable— podría usarse con algunos buenos resultados. Un ejemplo del primer caso es el dramático encuentro entre el general Baquedano y el almirante francés Du Petit Thouars, en enero de 1883, durante la ocupación de Lima en el contexto de la guerra del Pacífico, entre Perú y Chile. En dicha ocasión, Baquedano, después de haber incendiado los balnearios de Chorrillos, Miraflores y Barranco, se dispuso a hacer lo mismo sobre Lima. El almirante francés negoció con el oficial chileno y le planteó una ultimata ratio regum. En efecto, el generoso marino francés «[…] advirtió al general Baquedano que de no ser respetada la ciudad y sus pobladores los cañones de sus naves romperían los fuegos contra los barcos chilenos» (Vargas Ugarte, 1971, pp. 183-184). La otra forma de plantear esta táctica es una actitud frecuente en las operaciones comerciales consistente en el pedido de informes, detalles, estudios u opiniones de terceros sobre la calidad de las mercaderías, propiciando que el vendedor incurra en altos costos, hasta un nivel en que se ve obligado a cerrar la operación y firmar el contrato para recuperar parte de los costos previos. 4.1.4. Tempora non importans Esta táctica es muy conocida por su doble aspecto: el de prolongar la duración (factor de laxitud o limitación suplementaria para la parte adversa) y el de acortar bajo la forma de fijación (a menudo de inspiración distributiva) de plazos imperativos: ultimátum. Una variación de la táctica es dejar correr el tiempo para aclimatar una proposición; se «siembra» hoy día para «recolectar» mañana. Se llama también «táctica oriental». Los japoneses, los rusos y los árabes la practican con frecuencia: tienden a ser pacientes y a actuar como si el tiempo no tuviese importancia alguna. No significa que exista incumplimiento; por el contrario, las reuniones siempre se iniciarán a la hora exacta. Hay respeto por la hora convenida. 127

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