La influencia está ligada al valor que representa un individuo y es admitida como algo natural en una sociedad; condiciona, orienta o impacta en una o varias personas, determinando con frecuencia su decisión. Esta influencia puede ser material (si se controla el mercado, por ejemplo), personal, cuando se sustenta en los sentimientos, ascendencia grupal y emociones, y finalmente, intelectual, como por ejemplo, la que puede tener el tecnócrata, el abogado, el psicólogo, el negociador con éxito, sobre las personas con las que se establece una relación. b) El poder de dominio del mercado El afán de dominación está implícito en la competencia. Allí donde las fuerzas del mercado entran en franca y abierta competencia existe el propósito, la intención, de dominación de la empresa o los Estados. La presión que ejercen los entes económicos y los propios seres humanos frente a terceros en un área de competencia es un medio íntimo al interior de cualquier intercambio económico. Ese afán de dominación lleva a los agentes económicos, en algunos casos, a tener una presencia real y excluyente en el mercado. Puede ser por el volumen de unidades producidas para alterar el precio del producto; por modificar los volúmenes de venta por manejo de precios o por conductas monopólicas, sea como fuente de compradores o como plataforma para el lanzamiento de mayores volúmenes de exportación hacia otros mercados. Esto con frecuencia lleva a establecer lo que en la estructura empresarial se llama alianza estratégica, y a veces aconseja transferir un paquete accionario de determinadas empresas transnacionales a inversionistas de un país que interesa como socio no necesariamente comercial, sino para acciones políticas ulteriores. Es el caso de las plataformas de exportación que se instalan en algunos países para aprovechar sus ventajas de mano de obra o de mecanismos de protección de inversiones para, a partir de allí, lanzarse a los mercados externos con tecnología, marcas o canales de comercialización propios. También en el campo de las ideas y los descubrimientos existirá un mayor dominio y poder si es que estos han sido aceptados o discutidos por un mayor número de personas. Creando la competencia es como las ideas y los inventos se tornan más valiosos. Si demostramos que nuestros planteamientos han sido casi siempre aceptados o admitidos por otros, iremos adquiriendo un mayor poder. En caso contrario, nuestro poder será débil, cuando no inexistente. 104
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