La música de las bibliotecas: política y poética de un espacio público, hoy
53 La primera de la que tuve noticia fue inaugurada el 14 de septiembre de 2013 en el condado de Bexar, Texas. Se llama BiblioTech, curiosa homofonía. No es un sitio virtual. Ellos no dan por cierto que estamos todos conec- tados. Ellos saben que, incluso en los países más desarrolla- dos del mundo, decir que todos estamos conectados es un lindo lema que usan políticos y agentes comerciales, pero que en realidad hay millones y millones de personas sin acceso a internet, y que las diferencias entre los accesos son graves no solo por razones tecnológicas (velocidad de navegación, ancho de banda, etc.), sino, sobre todo, por las crecientemente complejas habilidades para navegar en internet y habitar en un mundo digitalizado. El compromiso con el público de esos bibliotecarios que laboran en bibliotecas sin libros comienza por reco- nocer que internet no solo no es accesible para todos, in- cluso si todos tuviesen acceso a internet y dispositivos a su alcance. Y que no poder navegar en la red te puede mar- ginar e imposibilitar para ejercer tus mínimos derechos e, incluso, para cumplir con tus obligaciones. Para ciertos servicios, sus sucursales están abiertas de lunes a viernes de 9 a 19 horas. Pero brinda también otros servicios 24 horas al día, los 7 días de la semana. Tiene por misión cerrar las brechas de alfabetización y tecnolo- gía en San Antonio y sus áreas circundantes.
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