La música de las bibliotecas: política y poética de un espacio público, hoy

52 Ahora con solo un clic puedes ir al trabajo, la escuela, el teatro e incluso a la biblioteca; puedes constatar que no basta con un clic para sentir que estás. Algo falta. ¿Qué es lo que se ha perdido? Lo obvio, que literalmente quiere decir «lo que está frente a nuestros ojos», pero que no pocas veces, justo por eso, damos por visto; es obviado, y por eso se hace invisible… hasta que alguien nos llama la atención y de pronto… Desde hace muchos años, las actividades de los bi- bliotecarios no están constreñidas forzosamente a fun- ciones de almacenaje, resguardo y puesta a disposición de las obras. Algunos estudiosos señalan que las biblio- tecas hoy priorizan fomentar la consulta más que el resguardo. Implícitamente asumen que no es lo mismo leer que estar alfabetizado y que los usuarios no saben cómo localizar lo que buscan, ni pueden definirlo con claridad. Tienen también muy claro que, en una época que se autonombra «la era de la información», ayudar al público a encontrar información es un servicio esencial. Este derrotero ha llevado a reinventar su labor. Incluso a crear bibliotecas sin libros. Una suerte de oxímoron, si nos atenemos a la definición tradicional de las bibliotecas.

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