La música de las bibliotecas: política y poética de un espacio público, hoy
186 bros, revistas, computadoras, instrumentos musicales. Algunas prestan también herramientas, obras de arte, partituras, espacios para grabar o estudiar. Pero todas prestan, no venden, tampoco regalan. El matiz es im- portante, tal vez porque implícitamente hacen patente la confianza como un elemento consustancial a la rela- ción que proponen. Las mejores prestan un bien cada día más escaso, atención. Añado (re)conocimiento y atención. Por eso inciden no solo en las agendas de cultura y educación. Y son (o pueden ser) espacios valiosos para enfrentar los retos que más temprano que tarde tendremos que afron- tar en materia de salud, seguridad, economía. También del cuidado y protección del medioambiente. Arte de (des)glosar. Una era puede desglosarse en muchos instantes. Un instante, si se desglosa, es (o puede ser) una era. Y una era glosada es (o puede ser) fundante. De eso también se trata el arte de (re)leer.
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