La música de las bibliotecas: política y poética de un espacio público, hoy

185 inquietudes mucho más amplias que la salud del merca- do editorial o cuántos libros leemos al año. Eso no me distancia de mi vocación de editor, promotor o biblio- tecario; simplemente me obliga a ampliar mis objetos de lectura y a diversificar mis prácticas de escritura. A revisar otros modelos de instituciones. A retornar a mis principios. A pensar en mis fines. A reinventar(me). A eso te invito. Lo hecho por mí o por otros es un referente, pero no puede ser el modelo para imitar. En el escenario pos- pandemia (que en cierto sentido es también un espacio para prepararse a una futura pandemia, pues tarde o temprano otras llegarán), los retos serán cada vez más desafiantes. Es preciso inventar. Estar abiertos, escuchar, observar y dialogar. A lo largo de los años en que he investigado la manera en que las bibliotecas determinan la vida de las personas y las comunidades, no he encontrado res- puestas concluyentes. Sé que importa la ubicación, el espacio, los servicios, los acervos, la atención... Pero cada elemento se puede conjugar de múltiples maneras. Hoy podemos encon- trar bibliotecas con y sin libros, calladas o bulliciosas, iluminadas u oscuras. Todas las bibliotecas prestan li-

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