La música de las bibliotecas: política y poética de un espacio público, hoy

143 nes, datos, y salvar la distancia y el tiempo para ampliar nuestro mundo y las maneras de habitarlo. Eso es el mundo: un espacio que se construye, no un espacio dado. Un lugar que se limpia. Su opuesto no es la nada, sino lo inmundo. Eso es el mundo: un lugar en el que el ruido se convierte en música. El caos, en una complejidad con la que dialogamos. El mundo no está, se construye y habita limpiando. Se construye y habita leyendo y escribiendo no solo palabras, números e imágenes que creamos, sino gestos, objetos, procesos más o menos (in)dependientes de los seres humanos. Ese genial invento que, por comodidad, llamamos es- critura, aunque desde el principio hayan sido muescas para hacer cuentas, y pictogramas para evocar cuentos o mitos, ha potenciado la capacidad de almacenar y procesar información, entre muchas otras cosas, para

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