La música de las bibliotecas: política y poética de un espacio público, hoy
132 Y no son nada si no son algo para el otro que entra a ellas y de pronto es... más o menos sabio, ignorante, feliz o infeliz, poderoso o vulnerable por lo que encuentra (o encontraba). A veces entra(ba) buscando. A veces vagabundeando. Encuentra (o encontraba) e incorpora(ba). Hace (o ha- cía) suyo el cuerpo ajeno. Como los libros, las bibliotecas son (o eran) lugares para despertar, saciar o alimentar el hambre de saber, de ser, de conocer. Hambre para alimentar y despertar deseos múltiples. Lugares para nómadas. Oasis. Lugares de paz. Propicios para la caza furtiva 25 . ¿Cómo pueden vincularse esas observaciones, finca- das en la valoración de la subjetividad, con los pompo- sos discursos que asocian a las bibliotecas con la demo- cracia? 25 De manera explícita te invito, lector, a leer y releer, solo y en compañía: «Leer: una cacería furtiva», un ensayo de Michel de Certeau, en el libro La invención de la cotidiano (vol. 1). Ciudad de México: Universidad Iberoamericana, 2015. Aho- ra está disponible en https://lenguajes3unr.files.wordpress. com/2014/03/de-certeau_leer_una-caceria-furtiva.pdf
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx