La música de las bibliotecas: política y poética de un espacio público, hoy
129 de conciertos, aunque a ellas podían acudir a escuchar conciertos o ver exposiciones. La biblioteca era una vía para entrar en una relación diferente del tiempo y el espacio, para vivenciar el ser y el tiempo, propio y colec- tivo, desde otra perspectiva. ¿Eso ayuda a explicar la preferencia por acudir a un espacio que en promedio tomaba más de una hora de ida y otra de regreso? Tal vez. Aunque creo que no hay solo una respuesta. Todas las que imagino suponen un contraste entre el espacio del que se viene y el que brin- da la biblioteca. Escuchando sus relatos, o leyendo los testimonios recogidos por Michèle Petit, muchas veces me he pre- guntado: ¿cuándo comienza y cuándo termina la expe- riencia bibliotecaria? Para no pocos usuarios, la experiencia bibliotecaria comenzaba al salir de casa. ¿Cuándo se cerraba? ¿Al en- tregar el libro? Supongo que no hay una sola respuesta. Y todas de- penden de la extensión de la mirada y la fineza de la escucha. Pero lo cierto es que el espacio bibliotecario in- troduce un nuevo espacio para r eleer, r evisar, r eelaborar, repensar y ciertamente también redactar la propia vida y trayectoria. Pasada, presente y por venir. Ya lo he dicho, el prefijo re- resume muchas de las cuestiones que ofrece el espacio bibliotecario, tan ajeno
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