La música de las bibliotecas: política y poética de un espacio público, hoy

118 (esos que publicamos, esos que nos conciernen, supuestamente, a todos). Los que conciernen a nuestra singularidad y a nuestra comunidad (o quizá sea más preciso decir: la que con- sideramos nuestra singularidad), pues mientras teclea- mos y vamos escribiendo no solo vamos creando textos, nuestros textos se van traduciendo en dígitos que nos insertan en una comunidad, traducen las palabras, las búsquedas y la totalidad de los actos comunicativos a un código binario ilegible para los que tecleamos. Crea espacios de interacción ajenos al cuerpo y a la voluntad. Nos hace participar aun aislados. Nos descifra y revela. Todos hoy están convulsionados. En la era digital, todo lo que hacemos genera huellas e información que pueden ser o son leídas y, con ellas, se escribe algo de tu destino. Con el dedo ingresamos al espacio, íntimo, privado, público; laboral, recreativo, social. Nada se encajona fá- cilmente en lo íntimo, privado o público. En un mo- mento algo es íntimo, después es… un escándalo. En un momento es privado, después es… En un momento es público, después es… Pero ¿qué es el espacio y qué queda?

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx